the last train

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lunes, diciembre 24, 2007

uy, llegó mi presente de navidad



cheers


domingo, diciembre 23, 2007

miracle boy

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y que la pelota regrese a la orilla.



looking for something

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les deseo muchas y buenas tormentas.


jueves, diciembre 06, 2007

the golden hope

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miércoles, diciembre 05, 2007

teaching mr. andrew

... Pedro Salinas: ''Lengua hablada y escrita'' (1)

Pensemos ahora en otra cualidad del valor social del lenguaje. En la relación del lenguaje, el individuo y el tiempo. Ahora nos referimos especialmente a la lengua escrita. Es ésta muy diferente de la hablada. Porque la actitud del ser humano cuando escribe, su actitud psicológica, es distinta de cuando habla. Cuando escribimos se siente, con mayor o menor conciencia, lo que llamaría yo la responsabilidad ante la hoja en blanco; es porque percibimos que ahora, en el acto de escribir, vamos a elevar el lenguaje a un plano distinto del hablar, vamos a operar sobre él, con nuestra personalidad psíquica, más poderosamente que en el hablar. En suma, hablamos casi siempre con descuido, escribimos con cuidado. Casi todo el mundo pierde su confianza con el lenguaje, su familiaridad con él, apenas coge una pluma. El idioma se le aparece, más que como la herramienta dócil del hablar, como una realidad imponente, el conjunto de todas las posibles formas de decir una cosa, con la que el que escribe tendrá que luchar hasta que halle su modo. Igual sucede eso al poeta que al muchacho que empieza una carta a la novia. Sí, las lenguas hablada y escrita son diferentes, pero no viven alejadas una de otra, en distintas órbitas. Sería imposible, porque perteneciendo las dos al espíritu del hombre, han de reunirse siempre en la unidad del hombre. De la lengua hablada se nutre, se fortifica, la lengua escrita, sin cesar, y de ella suben energías, fuerzas instintivas del pueblo, a sumarse a las bellezas acumuladas de la lengua escrita. Y de ésta, de la escritura, nacen continuamente novedades, aciertos que, en toda sociedad bien organizada culturalmente, deben poder difundirse en seguida entre todos, para aumento de su capacidad expresiva. Es el pueblo el que ha dicho: "Habla como un libro". Frase que evidencia cómo el habla popular admira y envidia al habla literaria, cómo las dos se necesitan; y es que según Vendryes ha dicho: "en la actividad lingüística de un hombre civilizado normal están en juego todas las formas del lenguaje a la vez". Y yo, por mi parte, no sé a veces distinguir si una frase feliz que está en mi memoria la aprendí de unos labios, en palabra dicha, o de un libro, de la palabra impresa. Sería insensatez oponer las dos formas del habla; y toda educación como es debido debe ponerse como finalidad una integración profunda del lenguaje hablado y el escrito. Si las dos lenguas se separan, dice Amado Alonso, la escrita acabaría en lengua muerta, la hablada en patois, en dialecto, sin valor general.

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Salinas se propone demostrar que, aun cuando la lengua escrita es diferente de la oral (2), ambas formas del habla se implican e influyen recíprocamente. Y, en efecto, tras poner de manifiesto -en la primera parte del texto- que no se escribe como se habla, y que la elección de uno u otro tipo de expresión -escrita u oral- condiciona el "registro lingüístico" -mucho más culto en el caso de la comunicación escrita-, Salinas afirma que "las lenguas hablada y escrita son diferentes, pero no viven alejadas una de otra, en distintas órbitas" (tesis del texto); esto último "sería imposible -insiste Salinas, matizando poéticamente su aseveración-, porque perteneciendo las dos al espíritu del hombre, han de reunirse siempre en la unidad del hombre". Y, a partir de aquí, Salinas va presentando los razonamientos que le sirven para defender su tesis: la imbricación e interacción de lenguaje hablado y escrito; argumentos que constituyen la segunda parte del texto, y que conforman el cuerpo de la argumentación. Y, así:

1. La lengua hablada, de extraordinaria vitalidad, proporciona a la escrita cuantas novedades lingüísticas surgen en su seno; y, a su vez, ésta, en continua renovación, ensancha los cauces expresivos de aquélla; por lo que ambas -lengua popular y lengua literaria- se necesitan. Y para dar mayor realce a su razonamiento, Salinas recurre al "argumento de autoridad", reproduciendo una cita de Vendryes: "en la actividad lingüística de un hombre civilizado normal están en juego todas las formas del lenguaje a la vez".

2. De la integración profunda de ambas formas del habla -que el sistema educativo debe potenciar- depende el evitar que la lengua escrita devenga en lengua muerta y la oral en una estructura lingüística de limitadísimo ámbito social comunicativo; razonamiento éste complementario del anterior, que remacha Salinas con un nuevo "argumento de autoridad", parafraseando al filólogo hispano-argentino Amado Alonso: "Si las dos lenguas se separan, dice Amado Alonso, la escrita acabaría en lengua muerta, la hablada en patois, en dialecto, sin valor general".

Con respecto a la expresión, queremos reseñar algunos felices hallazgos de Salinas. Así, por ejemplo:

• La estructura bimembre antitética "hablamos con descuido, escribimos con cuidado". Y es que, como indica Arsenio Sánchez, en la lengua oral "la sintaxis queda rota muchas veces y se usan con mayor libertad la morfología y la semántica"; mientras que la lengua escrita "exige el uso correcto de la sintaxis y la morfología y una mayor precisión semántica".

• La frase Hablamos como un libro, para evidenciar "cómo el habla popular admira y envidia al habla literaria, cómo las dos se necesitan"; frase de sentido claro: hablar con corrección, elegancia y autoridad.

• La imposibilidad de distinguir si una frase afortunada que se recuerda tiene su origen en el lenguaje oral -"la aprendí de unos labios, en palabra dicha"- o escrito -"o de un libro, de la palabra impresa"; nueva recurrencia en la idea de que resulta insensato oponer estas dos formas del habla.

Y aún nos queda por destacar -como colofón- la llamada de atención de Pedro Salinas respecto de la exigencia educativa de contemplar la enseñanza del lenguaje en su doble vertiente expresiva -oral y escrita-; lo que, por otra parte, "parece" que ya es hoy una realidad palpable en las aulas de la Educación Primaria y Secundaria: "Toda educación como es debido debe ponerse como finalidad una integración profunda del lenguaje hablado y el escrito".

Notas

(1) Epígrafe del ensayo "Defensa del lenguaje", incluido en El defensor. Madrid, Alianza editorial, 1983. Colección Alianza Tres, núm. 118; págs. 288-289.

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