No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. ...
en algo tal vez concuerde con oliverio girondo -no se me importa un pito-
¿Surgió de bajo tierra? ¿Se desprendió del cielo? Estaba entre los ruidos, herido, malherido, inmóvil, en silencio, hincado ante la tarde, ante lo inevitable, las venas adheridas al espanto, al asfalto, con sus crenchas caídas, con sus ojos de santo, todo, todo desnudo, casi azul, de tan blanco.
tomates perita en rodajas finas, cortadas en dos, albahaca fresca en tiras finas, cebolla blanca cortada en juliana, un toque de pimiento en cuadrados de 6 x 6 mm, aceite de oliva orgánico de aquí cerca, gotas de limón y sal a gusto. una copa de cavernet-sauvignon mendocino. mientras juegas con la luz del mediodía en el color vino, te das cuenta que este blog tiene una utilidad, entre tantas tal vez, y es aprender a plantar tomates con sabor a tomate.